Palestina - 14 de octubre de 2025
La “cumbre de paz” de Egipto: un plan para imponer en Gaza un paraíso para el sionismo y un infierno para las masas en toda la Palestina ocupada
¡Hay que derrotar el ultimátum de Trump, Netanyahu y sus lacayos de las burguesías árabes que solo busca la rendición y el desarme de la resistencia palestina!
Mientras las masas aún buscan a sus millares de muertos debajo de los escombros, sus verdugos y genocidas, ayer Biden y hoy Trump y Netanyahu (que cuentan con el apoyo de las potencias imperialistas europeas y las burguesías de Medio Oriente), lanzan desde Egipto un ultimátum de rendición y desarme de la resistencia.
Lo hacen con las armas del sionismo apuntando sobre las cabezas de las martirizadas masas de Gaza, con incursiones de muerte y masacres en Cisjordania, y bombardeos a mansalva en el sur del Líbano.
Desde la reunión de Egipto buscan imponer en Gaza un plan de tierra arrasada bajo control directo de los centuriones imperialistas y sionistas, y con la caradurez de querer poner como presidente al asesino Trump.
El estado fascista de Israel con sus jefes yanquis buscan la consumación definitiva de la Nakba, con la que vienen haciendo históricamente una limpieza étnica en la Palestina ocupada.
Quieren dar un paso decisivo en la instalación del “Gran Israel”, que ya está yendo por Siria y por el Líbano, mientras en Cisjordania, como ya dijimos, realizó incursiones en Jenin, Nablus, Tulkarem, Tebas y Hebrón con la complicidad de la Autoridad Palestina.
EEUU intenta consolidar el “Gran Israel” como gendarme y garantía de sus negocios en todo el Magreb y Medio Oriente. Busca que nunca más las masas de la región vuelvan a sublevarse contra el hambre y el saqueo imperialista, como lo hicieran en los procesos revolucionarios que desde 2009 a 2017, sacudieron todo Medio Oriente.
Los yanquis con su gobierno buscan a sangre y fuego recuperar las zonas de influencia que perdieron luego del crac y las crisis recurrentes de Wall Street, y retomar el control total de las rutas del petróleo con su agente sionista.
La suerte de la Gaza masacrada y de la Palestina ocupada está ligada al combate de la clase obrera mundial
Con la llamada “propuesta de paz”, el imperialismo va por todo, buscando terminar de rendir Gaza, que hoy se encuentra totalmente destruida y sus edificios demolidos.
Está por verse si lo lograrán… Es que la suerte de los trabajadores y el pueblo palestino, de Gaza en particular, está atada al combate de la clase obrera internacional.
En los países imperialistas, millones han ganado las calles, bloqueado los puertos que envían armas al estado sionista de Israel y paralizado la producción con enormes huelgas generales, uniendo sus reclamos y sus demandas a la lucha por terminar con el genocidio del pueblo palestino.
Movilizaciones de masas recorren también el mundo semicolonial. Mientras, los trabajadores y la juventud de EEUU han sido la avanzada de esta lucha… Allí, 30 millones de obreros hispanos sufren el régimen de terror que les impone el carnicero Trump y los piratas de Wall Street, que los tratan igual que los sionistas tratan a los luchadores palestinos, con cárcel, destierro y brutal represión. La Batalla de Los Ángeles no ha terminado. Gaza no está aislada.
En estos combates decisivos que están en curso, las masas deben saber quiénes son sus aliados y quiénes son sus enemigos…
Ya ha quedado claro que los esclavistas de Pekín y el chacal de Moscú, Putin, no han movido un dedo para frenar semejante masacre del sionismo sobre la nación palestina.
China y Rusia fueron los dos únicos países del mundo donde no hubieron movilizaciones en apoyo a Palestina. De haberse realizado, hubieran sido brutalmente aplastadas por esos regímenes contrarrevolucionarios, como sucede con toda lucha obrera.
China solo busca el petróleo iraní, al que necesita de forma decisiva, y lo hace sosteniendo a los regímenes entreguistas de las burguesías árabes y musulmanas, tal como lo hacen todas las transnacionales petroleras que saquean la región.
En el caso de Rusia, ellos desde la ONU fueron fundadores de ese estado fascista de ocupación en el año 1948.
Putin, que junto Al Assad aplastó un enorme levantamiento de masas imponiendo un verdadero genocidio en Siria, le defendía al sionismo hasta ayer mismo las Alturas del Golán. Hoy el carnicero de Moscú apoya públicamente el “plan de paz” de Trump y se abraza con al que de forma mentirosa presentaba como su “archienemigo”, Al Jolani. Este último mantiene en Damasco un gobierno de “unidad nacional” con la burguesía assadista, entregando territorio sirio al estado de Israel.
Todos ellos son parte del cerco a Gaza, como también lo es el rey de Jordania, los clérigos del Líbano que entregaron las armas, Irán que se rindió y los sinvergüenzas de la Autoridad Palestina vendidos por dos monedas a los asesinos sionistas y los yanquis, que entregan y reprimen a los luchadores de la resistencia en Cisjordania.
No hay peor enemigo que el que se presenta como aliado del pueblo oprimido y masacrado. Es que a ese enemigo las masas no lo distinguen como tal y este aprovecha para dispararle a la resistencia por la espalda.
Hay que romper ya el cerco que impone el ultimátum de Trump y Netanyahu… antes de que sea demasiado tarde
Los criminales de guerra van por toda Gaza y por poner en pie el “Gran Israel”
Las burguesías árabes son cómplices
Al Sisi en Egipto es la avanzada de las burguesías árabes que buscan convivir con el “Gran Israel”, como lacayos del imperialismo. Todos ellos son los enemigos que las masas de Medio Oriente deben derrotar, retomando hoy el camino de los grandes combates revolucionarios de 2011.
La aparición de Turquía en las mesas de negociación es para que ese agente de la OTAN juegue el rol de entregar desde adentro a la resistencia palestina, como ya lo hizo en Siria con la lucha revolucionaria de los trabajadores y explotados de ese país contra Al Assad y Putin.
Una Intifada generalizada en todo Medio Oriente sería un punto decisivo para las martirizadas masas palestinas que permitiría romper el cerco asfixiante que padece Gaza y derrotar el ultimátum de los yanquis y el sionismo.
Las condiciones para ello están. Basta con que los explotados tomen conciencia de sus fuerzas y rompan con las cobardes burguesías árabes.
Las masas palestinas del sur del Líbano tienen en sus manos retomar el armamento que abandonó Hezbollah, entregando el gobierno de Beirut a la burguesía pro-imperialista libanesa. Esto está permitiendo los feroces bombardeos en el sur de ese país con los que el sionismo responde ante semejante capitulación.
La valiente nación yemení no debe cesar sus ataques al sionismo.
Hay que tomarse las comisarías y expulsar a la Autoridad Palestina de Cisjordania por traidores y entregadores de su propio pueblo al sionismo que ocupa la nación palestina.
Los explotados de Siria no pueden permitir un minuto más los pactos de Al Jolani con el imperialismo y el sionismo, a los que ya les entregó el sur de Siria, tal como el perro Al Assad ayer entregó todo el norte de ese país a las petroleras imperialistas.
Estos primeros pasos significarían romper el cerco y permitir que la resistencia y las masas de Gaza puedan contener esta nueva ofensiva que solo busca anexar Gaza al control directo de Tel Aviv y de los yanquis.
La condición para esto entonces es que los trabajadores, oprimidos y el pueblo pobre de Palestina y toda la región rompan con la burguesía y sus gobiernos, que son todos socios menores del saqueo imperialista de los pueblos de Medio Oriente.
Hoy las masas de Marruecos, en el Magreb, se han sublevado por la falta de hospitales y la decadencia a la que llevó la cipaya burguesía marroquí a esa nación. En las acciones de las masas revolucionarias marroquíes flamea la bandera palestina.
Ayer la ruta de la revolución de 2011 fue de Túnez a todo Medio Oriente. Hoy Marruecos debe retomar ese camino: ¡en todo Magreb y Medio Oriente, una misma Intifada, una misma revolución!
Las fuerzas desplegadas por la clase obrera mundial son enormes. Es el momento de multiplicar por mil las acciones de masas en todo el mundo para frenar la mano asesina de Trump y el sionismo.
Ellos con el ultimátum van por todo. El desarme de los explotados de Gaza significaría la expulsión de la gran mayoría de sus habitantes de su tierra y la apropiación de sus costas y de las riquezas de gas que ya han sido descubiertas en el mar.
La resistencia palestina tiene poderosos aliados. Ellos están en las entrañas mismas del imperialismo yanqui, donde decenas de miles siguen ganando las calles para frenar el genocidio y enfrentan directamente a Trump.
Desde Europa, en Bélgica, Francia, Italia, Grecia y últimamente en el Estado Español, la clase obrera entra en acciones de huelgas generales unificando sus demandas contra el feroz ataque de los capitalistas con la solidaridad con el pueblo palestino.
Allí están los más grandes aliados de las masas palestinas y de todos los pueblos oprimidos del mundo: la clase obrera de los países centrales que enfrentan a la bestia imperialista.
El poder de los de abajo será invencible si unifica sus fuerzas a nivel internacional y rompe con las burguesías que atan su suerte a sus distintos verdugos.
Ahí vemos cómo Macron de Francia, Sánchez de España y el primer ministro de Inglaterra marcharon a Egipto. Ellos dicen tener “disputas” con Trump, pero todos se han unido a la “cumbre de la paz”… ¿El motivo? Buscan repartirse los negocios de la reconstrucción de Gaza, tal cual hienas que buscan su porción de la presa, y también quieren entrar en los planes de control de las rutas del petróleo junto a los yanquis.
La suerte de las masas palestinas entonces, insistimos, se define en el terreno del combate de los explotados en todo el mundo para frenar el genocidio e impedir la ocupación directa imperialista y sionista de Gaza…
Este es el camino para que el infierno también lo sufran decisivamente los bandidos imperialistas y el estado fascista de Israel, que debe ser destruido para que el pueblo palestino y los pueblos de Medio Oriente vivan.
Las tareas del momento no son otras que la sublevación de las masas de Medio Oriente contra sus burguesías lacayas para romper el cerco a Gaza y profundizar en todo el mundo la lucha y la solidaridad con el pueblo palestino, conquistando la Huelga General Revolucionaria Internacional.
Hay que profundizar la unidad, la coordinación y la acción en las calles, o la catástrofe sobre la Gaza martirizada terminará con la ocupación plena de Palestina por parte del sionismo y el imperialismo. Si esto sucede, también lo pagarán muy caro la clase obrera y los pueblo oprimidos del mundo.
Contra el ultimátum de Trump, las potencias imperialistas y el sionismo genocida:
¡Huelga General Revolucionaria Internacional!
¡Por la destrucción del estado de Israel!
¡Palestina libre del Río al Mar!
En todo Medio Oriente, ¡una misma Intifada contra un mismo enemigo!
¡La resistencia palestina no se rinde! ¡La resistencia debe vencer!
Gaza: un momento crucial
La resistencia palestina, de Gaza en particular, ya ha dicho que no aceptará su desarme. Se acaba de terminar la entrega de rehenes y conseguir la liberación de miles de presos palestinos.
Pero Gaza continúa cercada. Es más, el estado de Israel ha quedado ocupando cerca del 40% de su territorio, mientras centenares de miles de palestinos deambulan buscando sus casas que han sido destruidas, ya no tienen ninguna pertenencia y dependen para comer exclusivamente de las migajas que introducen los genocidas de Gaza.
Aquí y allá el sionismo busca corromper y conseguir aliados dentro de la fortaleza de Gaza para que le abran las puertas desde adentro. Ese proceso ha comenzado. Para frenarlo la única posibilidad es poner en pie y generalizar los organismos de democracia directa de las martirizadas masas palestinas, para que sean estas las que tomen en sus manos su propio destino, y coordinen y centralicen la heroica resistencia contra el ocupante.
La resistencia tiene todo el derecho a firmar todo acuerdo o alto al fuego que le permita restablecer su poder de fuego, aceptar relaciones de fuerzas coyunturales, etc.
Pero la tarea de los obreros conscientes y del movimiento revolucionario internacional para fortalecer a la heroica resistencia es decirle la verdad a las masas: el acuerdo de Trump es un acuerdo de rendición, masacre y ocupación plena de Palestina.
¡Ningún acuerdo ni pacto de los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo con el imperialismo y el sionismo! ¡Solo profundizar y multiplicar por mil las acciones de masas para derrotar ese ultimátum y a los criminales de guerra que hoy buscan quedarse definitivamente con la Gaza martirizada!
Ellos quieren imponer la “paz de los cementerios”, con el sionismo ocupando Gaza y Cisjordania y terminando de expulsar al pueblo palestino de su tierra.
Es hora de conquistar la Huelga General Internacional para pegarle donde le duele al imperialismo: en sus transnacionales y bancos que saquean Medio Oriente y súperexplotan a los trabajadores. Allí les duele. En su propiedad.
Ese es el misil que deben disparar los trabajadores del mundo y también los obreros y explotados de Medio Oriente, atacando a las petroleras imperialistas que se llevan el “oro negro” mientras dejan a los oprimidos en la peor de las miserias en toda la región.
Trump afirma que reconstruirá Gaza para transformarla en un resort de turismo para sus empresas y negocios.
El movimiento revolucionario debe levantar la voz contra semejante ignominia: Gaza, con la victoria de la revolución en Medio Oriente y la destrucción del estado sionista de Israel, debe ser reconstruida con los fondos de las transnacionales imperialistas que saquean el petróleo y de los banqueros que se roban la sangre y el sudor de los trabajadores y campesinos pobres.
Con el ultimátum, el imperialismo buscará debilitar, dividir y disgregar a la resistencia palestina.
¡No lo podemos permitir!
Las masas de Gaza están desesperadas. El misil del hambre hace estragos día a día. No ha quedado una casa, un edificio, una escuela ni un hospital en pie.
Ante semejante catástrofe y genocidio, los trabajadores y los oprimidos del mundo dejaron hilos de continuidad y un curso de acción sobre cómo se resistió al fascismo y la contrarrevolución en todo el planeta.
En Gaza es la hora de poner en pie organismos de autodeterminación de las masas hambrientas y desesperadas que buscan a sus hijos y familiares bajo los escombros y a sus viviendas que ya no existen… Ellas son las grandes protagonistas de esta gesta histórica de resistencia contra el ocupante.
La puesta en pie de organismos de autoorganización y democracia directa, donde el pueblo tome en sus manos la salida a esta crisis y la resolución de sus problemas, a nuestro entender, se vuelve decisiva en las condiciones actuales.
Poner en pie comités de abastecimiento, de construcción de viviendas e infraestructura, organizados por ciudad, por campamento y por barrio, con delegados revocables, permitiría rápidamente conquistar una coordinación de la reconstrucción que socorra a los niños abandonados, a las familias desesperadas, etc.
Los comités de atención médica y de salud serán decisivos en lo inmediato.
La resistencia y sus hombres, que son parte y salieron de los trabajadores y el pueblo de Gaza, deben elegir ellos a sus jefes y coordinarse con los consejos de vivienda, de infraestructura, de alimentos, de atención médica.
Hay que poner en pie el verdadero poder de los que sufrieron la masacre: el poder de los combatientes, de los hambrientos, que entregaron sus mártires a la causa palestina.
Hay que poner en pie el poder de los de abajo, el poder de los consejos revolucionarios del pueblo de Gaza y toda Palestina.
Se trata de poner en pie el poder de los consejos de trabajadores, el pueblo pobre y los partisanos en Gaza, que se extienda a Cisjordania y llame a los obreros, campesinos y a todo el pueblo palestino a unir sus fuerzas y su lucha por recuperar su nación del Río al Mar, apoyados en el combate de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo.
Las masas deben tomar la resolución de la crisis en sus propias manos.
El imperialismo y las burguesías árabes intentarán, como intentan, mantener en secreto las “negociaciones de paz”. Los que hoy posan de “buenos” y de “solidarios con el pueblo palestino” en esas negociaciones, son los que enviados por el imperialismo, presionarán a la resistencia para que se rinda.
La tarea de los pueblos árabes y de las masas palestinas es no apoyar y repudiar la mesa de la “paz de los cementerios” de Egipto, más allá de tal o cual alto al fuego o acuerdo circunstancial que la resistencia decida acordar.
Las negociaciones públicas, basadas en los organismos de autoorganización y democracia directa de las masas armadas, es lo que permitirá mantener la unidad de los martirizados explotados palestinos enfrentando al enemigo sionista.
El imperialismo quiere imponer que la resistencia entregue las armas… ¡Jamás!
Rápidamente hay que imponer en todos los países del mundo que la resistencia palestina sea reconocida como ejército beligerante que defiende su nación, para enviarle armas, pertrechos y suministros.
¡Hay que desarmar al sionismo y al imperialismo!
¡Por tribunales obreros y populares compuestos por representantes de los presos palestinos torturados en las cárceles sionistas, por familiares de los asesinados, por partisanos y trabajadores y campesinos pobres, para juzgar y castigar a todos los genocidas del pueblo palestino, a sus entregadores y a todos los criminales de guerra!
¡No habrá olvido ni perdón!
En el combate de Gaza y Palestina se define el futuro de los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo
El imperialismo quiere dar un escarmiento a los explotados que se sublevan y a los trabajadores que inician procesos de huelgas y luchas defendiendo sus conquistas en todo el mundo.
Pero esto no será tan fácil. Mientras se intenta aplastar Gaza, los explotados de Nepal han derrocado al gobierno pro-imperialista de ese país y han hecho estallar todas las instituciones de dominio que durante décadas hambrearon a los trabajadores y les quitaron el derecho al pan, a la libertad y a la independencia nacional.
Una verdadera Intifada, una cadena de revoluciones, recorre a los países del Indopacífico, como en Sri Lanka, Myanmar, Indonesia, Bangladesh, Filipinas, etc., que amenazan con no dejar ni piedra del dominio imperialista.
Mientras tanto, en el continente africano, los trabajadores y explotados de Madagascar protagonizan una enorme sublevación revolucionaria, embistiendo contra la ciudadela del poder de los explotadores y enfrentando el feroz saqueo imperialista, como ayer mismo sucedía en Mozambique, Angola, Kenia, etc.
En América Latina, la juventud rebelde encabeza la lucha de los explotados de Perú contra el gobierno golpista de las bases yanquis que son las que, oprimiendo al pueblo, garantizan el brutal robo de las riquezas de ese país.
En Ecuador no cesa el combate en las calles contra el gobierno pro-yanqui intentando tomar la capital, Quito.
La clase obrera europea, como hay dijimos, ha entrado en una ofensiva de luchas y huelgas generales. La juventud y los trabajadores de EEUU son un frente decisivo de combate de la resistencia de Gaza en las entrañas de la bestia imperialista.
Las masas del mundo no se han rendido…
El último capítulo de esta historia aún no se ha terminado de escribir y menos aún que el matón Trump, representante de los grandes fondos de inversión contrarrevolucionarios de Wall Street, vaya a triunfar.
El final lo están escribiendo las masas en guerra de clases abierta contra el imperialismo. Este último capítulo lo define o bien el fascismo, con guerra y muerte; o las masas explotadas con la revolución, para recuperar la Palestina Libre del Río al Mar con capital en Jerusalén, destruyendo al estado fascista de Israel, apoyadas en la Intifada de todo Medio Oriente para expulsar y expropiar al imperialismo y terminar con sus regímenes fantoches.
La premisa es clara: para que la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo vivan, ¡el imperialismo debe morir y sus lacayos ser apartados y expulsados de las filas de los explotados!
Para enfrentar al fascismo, ¡hay que combatir contra el imperialismo!
Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI
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